viernes, 13 de abril de 2012

PALACIO DE ARANJUEZ EN LA ÉPOCA DE FELIPE V









Origenes: La villa de Aranjuez comenzó a perfilarse en su trazado actual bajo el reinado de Fernando VI, que fue quien ordenó trazar el plano de una nueva población. Sobre ese plano es sobre el que ha seguido desarrollándose a lo largo de los años. Es cierto que desde el siglo XVI ya se mandaron construir junto al palacio varias casas para poder alojar a los criados, pero aquellas viviendas quedaban cerradas cuando los reyes dejaban Aranjuez. Muchas de ellas estaban construidas a modo de cabañas y eran sótanos semienterrados.
Los Reyes en Aranjuez

El gran apogeo de Aranjuez como Sitio Real, llegó en el siglo XVIII bajo la monarquía de los Borbones. Fue entonces, con aquella Corte viajera a fecha fija, que recorría los Sitios Reales año tras año con una puntualidad inusitada y una fidelidad inquebrantable, cuando Aranjuez vio transformar poco a poco su fisonomía hasta convertirse en algo bien distinto de lo que había proyectado en su día el fundador, Felipe II, a quien se debieron los primeros desmontes, trazado de avenidas y plazas ajardinadas y, sobre todo, las canalizaciones para el regadío que convirtieron el lugar en el vergel en que es hoy el Sitio de Aranjuez.

Felipe II, haciendo suyo un antiguo proyecto de su padre, el Emperador Carlos, ordenó en el año 1561 la sustitución de la vieja residencia maestral de Aranjuez por un nuevo edificio que es el antecedente del actual Palacio Real ribereño. Juan Butista de Toledo fue el arquitecto a quien el rey encargó los planos, iniciándose la construcción de la capilla, que fue culminada por Juan de Herrera. Unos años más tarde, se comienzan las obras del Palacio bajo la dirección de Juan de Minjares. Cuando Felipe II muere, en 1598, la construcción ribereña presenta acabada la llamada torre sur, ocupada por la capilla, y una gran parte de las fachadas de mediodía y poniente.

Felipe V en España:
Felipe V de Borbón, llamado el Animoso (Versalles, 19 de diciembre de 1683-Madrid, 9 de julio de 1746), fue rey de España desde el 16 de noviembre de 1700 hasta el 15 de enero de 1724 y, tras el breve reinado de su hijo Luis I, desde el 6 de septiembre del mismo año hasta su muerte.
Fue el sucesor del último monarca de la Casa de Austria, su tío-abuelo Carlos II, por lo que se convirtió en el primer rey de la Casa de Borbón en España. Su reinado de 45 años y 3 días (en dos periodos separados) es el más dilatado de la historia de este país.
 
Felipe V fue el primer rey Borbón, con él se entronizó la dinastía francesa en España. Su reinado se inició en los primeros años del siglo XVIII, tras la Guerra de Sucesión que hubo de mantener contra el archiduque Carlos de Habsburgo, el otro pretendiente al trono de España, vacante a la muerte sin descendencia del desdichado Carlos II, el Hechizado.
Felipe V había sido criado en Francia y estaba acostumbrado a disfrutar de las mansiones de recreo, tan apreciadas por la Corte francesa. Él fue, por lo tanto, quien decidió transformar, a la manera de los palacios franceses, dos de sus alojamientos reales preferidos en España: La Granja de San Ildefonso, en las cercanías de Valsaín, y el Real Sitio de Aranjuez. El primero fue creado de nueva planta siguiendo el espíritu de Versalles, el segundo había sido heredado de los Austrias y estaba en un paraje tan paradisiaco que merecía todos los esfuerzos que las arcas reales fueran capaces de soportar.







El Palacio Real de Aranjuez se caracteriza exteriormente por sus colores blanco, de la piedra de Colmenar, utilizada en su construcción, y rojo, de los ladrillos empleados en sus paramentos. El frente del edificio, excepto en su cuerpo central, presenta una sucesión de ventanas, en su piso inferior, y balcones, en el superior, que es rematado por una balaustrada. En el cuerpo central, con un piso más, se encuentra el frontón con el escudo de Fernando VI, sobre el que están colocadas las estatuas de los reyes Felipe II, Felipe V y Fernando VI, según el proyecto de Bonavía. En la parte inferior de este cuerpo central un pórtico de cinco arcos de medio punto, también diseñado por Bonavía, sustenta la terraza del piso principal con su gran balconada. La fachada orientada al Este, con dos pisos, posee en su centro un cuerpo saliente cuyas ventanas y balcones dominan los Jardines del Parterre. Finalmente, las fachadas Norte y Sur, de características arquitectónicas similares, están compuestas de dos cuerpos rematados por una balaustrada.











El acceso al Palacio se realiza a través de los pórticos de la fachada principal. La escalera, obra de Bonavía, cuenta con una balaustrada de estilo rococó, pintada en negro y oro, estando decoradas las mesetas con unas interesantes esculturas de Antoine Coysevox - Luis XIV, el Gran Delfín, María Teresa de Austria...-, colocadas en hornacinas rematadas por arcos de medio punto sobre pilastras.









  • La Salita de la Reina, en el ángulo noroeste del edificio, formaba parte de las habitaciones del Palacio ribereño que estuvieron dedicadas a las audiencias reales.
  • Antecámara de Música, sala que fue utilizada para la recepción de grandes personalidades. Cuadros con escenas bíblicas pertenecientes a la escuela italiana del siglo XVII y pinturas religiosas de Solimena, decoran sus paredes.
  • La Cámara de la Reina, otra de las habitaciones utilizadas como pieza de etiqueta en el siglo XVIII, fue transformada en sala de música por Isabel II
  • Por el Anteoratorio y el Oratorio de la Reina, con ventanas al patio central del Palacio y decorados con pinturas de Giaquinto, Maella, Bayeu y Villanueva, y mármoles y bronces de Juan Bautista Ferroni, se accede al Salón del Trono, en el centro del ala norte, cuyos paramentos están tapizados con terciopelo rojo. 
  • El Despacho de la Reina, contiguo al Salón del Trono, cuenta con un gran número de obras pictóricas que decoran sus paredes, entre ellas el magnífico Florero, de Jan Brueghel. Un paisaje de Martinez del Mazo, dos cuadros de pequeño tamaño con vistas de edificios clásicos, pintados por Francisco Galli Bibiena, y tres floreros de Arellano, son algunas otras de las pinturas más interesantes de este despacho. 
  • El Dormitorio de la Reina, con una bóveda pintada por Zacarías González Velázquez, en la que aparecen Alegorías de la Ciencia, la Virtud, el Arte, la Ley y la Monarquía, conserva el mobiliario que la ciudad de Barcelona regaló a Isabel II con motivo de su boda con Francisco de Asís de Borbón.
  • La Cámaradel Rey, con acceso desde el comedor y comunicada con el Gabinete Árabe, está decorada con una serie de cuadros de Fernando Brambilla, que representan distintas vistas de los Reales Sitios: 
  • En el ala este del Palacio se suceden, a partir del ángulo sureste, el Salón de Espejos, la habitación mejor conservada del edificio real, decorada con grotescos por Juan de Villanueva hacia 1790; el Despacho del Rey, con cuadros de Magadán y mobiliario del ebanista francés Jacob Desmalter; la Sala Estudio del Rey, con mobiliario de estilo Carlos IV; y la Habitaciónde Pinturas Chinas, que conserva una importante colección de cuadros donados a Isabel II por un emperador chino de la dinastía Quin. También en este ala, con ventanas al patio central, se encuentra la amplia Sala de Guardias del Rey

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